Querida España: Se que te asombrara recibir mi carta porque tu no me conoces, yo en cambio desde hace tiempo no pienso más que en ti.
Soy una de las muchísimas mujeres nacidas en África que no tienen esperanza ni porvenir. Mi vida ha sido siempre trabajo y miseria.
Solo una vez recibí un pequeño rayo de luz, fue cuando me enamoré. El era un hombre alto y fuerte, tenía la mirada muy dulce y sobre todo me quería mucho.
Juntos pisábamos la tierra reseca y a veces hasta nos reíamos.
Un día llegó nervioso, los ojos le brillaban, alguien le había hablado de ti España. Le habían contado que eras un pais maravilloso donde se podía encontrar trabajo y lo pagaban bien, que tenías muchas ciudades llenas de buenas casas, coches estupendos y que todo el mundo era feliz.
Desde aquel momento no pensamos mas que en ti y en conseguir nuestro sueño.
Hace un mes mi hombre me dió un beso de despedida y se embarcó en una patera camino de ¨La tierra prometida¨.
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Yo voy primero y cuando tenga trabajo vendrás tu_
Nunca mas escuchare su voz porque un compañero de viaje que sobrevivió al naufragio ha vuelto, el me ha contado como se lo tragaron las aguas cuando ya divisaban las costas y el sueño estaba al alcance de la mano.
He pensado muchas cosas, aquí no podré sobrevivir sin él, además ¿Que seria del hijo que llevo dentro?
Por eso te escribo, para que sepas que estoy dispuesta a morir por alcanzarte.
Mañana comienza mi aventura.
¡Hasta pronto ! o ¡Hasta nunca España!
He querido ser la voz de las mujeres de África que por no tener no tienen ni como expresarse.
Esta carta me la premiaron en un concurso literario en 2004 pero creo que sirve hoy.
2 comentarios:
Tu carta hace pensar en muchos sueños rotos.
Tu carta hace pensar en muchos sueños rotos.
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