La Mari
27/12/2016
La conocí en la terraza de una
cafetería de Málaga. La Mari, una gitana que vendía flores.
Le compre
una biznaga, esa flor que se crea engarzando jazmines y es una de los símbolos
de esta ciudad.
Nos seguimos
viendo, empezamos a hablar de otras cosas que no eran ya las flores.
Así me
enteré de que su marido la había abandonado con dos niños pequeños, ella no se
lamentaba y en el fondo de sus ojos quedaba ilusión y alegría.
Se acercaban
las navidades y pensé regalarle una bolsa con turrones, dulces y cosas para los
niños. Compre una tarjeta de esas de colorines y purpurinas doradas. Seguro que
los niños nunca habían recibido una carta, sería algo nuevo para ellos y les
haría mucha ilusión, le pregunté sus nombres para escribirlos en el sobre.
Dejé la
bolsa roja en una cafetería conocida y ella la recogió.
Días después
me la encontré.
- No se pué imaginá la alegría de
mis niños. San comío el turrón de chocolate enseguía. Mama que gueno esta
este salchichón ician. ¿Y la carta? No sabe usté lo casio lo de la carta,
lan colgao en la paré de su cu
¡Qué
contentos mis niños!
Me alegré
mucho de haberlos hecho felices.
- ¿Tú tienes familia en Málaga?
- No señora, tos viven en Madrid,
mi madre, mis hermano, tos.
- ¿Y por qué no te vas a vivir
allí con ellos?
- A veces lo pienso, no sé, ya
veremo.
Llegó el
otoño, Mari se insinuó conmigo.
- Ya quea poco pa la Naviá.
- No se me olvida, te preparé la
bolsa.
- Es que mis niño se ponen tan
contento.
Otra tarjeta
de colorines y purpurinas doradas, turrones de chocolate, salchichón,
mantecados polvorones y su agradecimiento infinito.
- Han quitao la tarjeta del año
pasado questaba descoloria pa pone la nueva.
El tiempo
pasa y Mari no se va a Madrid, ya no le pregunto. Puede que esté atrapada como
yo por la alegría, el sol y la gente de esta ciudad o quizás tenga un amor que
le impide marcharse.
¡Quién
conoce la verdadera historia de ¨La Mari¨!
Málaga
crece, más museos, más turistas, más restaurantes. El centro es un ir y venir
de gente.
- Mari ¿Por qué no vas a vender
flores al centro? Le digo.
- ¡Uy no! Allí hay gente mu rara
y a mi me da mieo. Aquí en la Malagueta tor mundo me conoce.
Este año han
adelantado el encendido de las luces, la ciudad esta preciosa, el rojo de las
flores de Pascua alegra las plazas y los parques.
Hemos
cambiado de cafetería y quedo con ella para dejarle la bolsa.
- Ven a por ella el 15 de
diciembre.
- Apuntemelo en un papé que no me
solvide. ¿Sabe? El Raúl haprendío a lee.
He comprado
una tarjeta enorme, la más grande que he encontrado, colorines y purpurinas
doradas. Escribo: Queridos Raúl y Jesus sé que os portáis muy bien….
Quiero estar
ahí cuando Mari recoja la bolsa pero mi amiga Inma presenta hoy su último libro
de poemas en El Ateneo, cuando llego ya se ha ido.
Rocío la
camarera me cuenta que han venido también los niños y lo contentos que estaban.
Siento mucho
no haber podido conocerlos.
Hoy me he
encontrado con Mari.
- En que me ví de sujetalos pa
que no loabrieran to en la calle. Han colgao la tarjeta nueva y han tirao
la questaba descoloria.
La casita de
nieve que sencienden y sapagan las luces el Jesús no quie ni que se la toque.
Y por la
noche le ice al grande: ¨Raúl léeme la tarjeta de la mujer pa que me duerma¨.
Me lo cuenta
con naturalidad, ella no es consciente de la inmensa alegría que acaba de
darme. Para mi esta navidad ya no es como las demás.
Nunca pensé
que mi tarjeta tendría un destino tan hermoso.